sábado, 7 de agosto de 2010

XV

En mi cabeza reinan los patos y los pollos. Cantan y creo haber escuchado mi celular. En mis pies habitan perros flacos. Dictan odas a los raspados y las palomitas del suelo del cine. En mi corazón -¡yo tambor!- suena como un cráneo con cuero estirado. En mi sexo, hay advertencia, que no mate a quien me gruñe ni quien me guiñe. En mi alma, ya no sé...

Los patos rascan la tierra en busca de sus habitantes.

Las comillas en la palabra señalan moscas en el cadáver.

Y los patos nacen de troncos podridos en el agua, son frutas. Tengo la compulsión errónea de morder patos. Adiós patos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario