miércoles, 4 de agosto de 2010

Londres

Para prima María



Hace unos meses que en Londres los pelícanos han empezado a comerse a los pichones. Siendo animales tan teatrales habían representado desde la edad media –o quizá antes, pero los registros de sus puestas en escena datan de los alquimistas europeos- la pasión de Cristo y específicamente su sacrificio, su sangrado. Picaban su pecho para darle de beber a sus hijos. Ahora, el comerse a los pichones descuidados y algo torpes ha sido su siguiente acto, el de la entrada del espíritu santo en el vientre de María. Nadie puede decir que hayan sido sólo tácticas de supervivencia ni podemos tampoco encasillarlos como actores de una sola faceta. Si los pelícanos londinenses conocen todo un compendio de dramaturgia bíblica o si tienen pocas obras y literatos, o si aparecen esporádicamente las obras y autores no lo sabe el público, pero estamos seguros que si han de representar el evangelio lo hacen del final hasta el principio y si llegan a contarnos todos los misterios estaremos más agradecidos que sorprendidos.

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