martes, 28 de septiembre de 2010

VIIII (Bhakti Yoga)

Hace tanto que te conozco. Yo te profesaba
una devoción silenciosa. Y silenciosa
como eras no rompías el encanto.
No recuerdo ni siquiera tu risa.
Eso. No recuerdo ni un ruido.
No recuerdo más que tu imagen y mi devoción.

Hombre de pocas palabras. Hombre de
poca fe. No recuerdo tampoco
el haberte tenido cerca. Ni desnuda,
ni embutida en un suéter. Sólo
recuerdo mi devoción a tu desnudez
y a tu suéter.

No recuerdo nada. No hay cordura
en la memoria registrada.
Ni doy cuerda ni repito lo
acordado. De nada me acuerdo yo.
No tengo acuerdos con nada que
haya pasado. Lo sé ahora,
y por eso vale, mi devoción
no es un recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario